W. H. Clayton nació en la sección del Piedmont de Carolina del Sur por el año 1900. Educado en la Universidad
de Carolina del Sur graduándose en Ingeniería Química en 1923. En julio del mismo año después de graduarse fue
designado a Chile como Químico Asistente en la firma Grace Nitrate Company. Permaneció siete años y medio en los
campos salitreros de Chile ocupando sucesivamente diferentes puestos hasta llegar a la Gerencia de la Salitrera.
En 1931 fue trasladado a los Ingenios Azucareros del Perú como Superintendente General, tomando luego también
responsabilidades directivas. Durante este su primer periodo en la industria azucarera, la firma inició los
primeros ensayos de laboratorio en el uso del subproducto bagazo como fuente de materia prima en la fabricación
de pulpa y de papel.
En 1935 fue trasladado al Departamento Industrial de New York para proseguir con el proyecto de pulpa para
papel de bagazo, que culminó con la instalación de la primera Fábrica de Pulpa y Papel de bagazo en Paramonga,
Perú, el año 1939. Después de pasar tres años en la instalación e iniciación de operaciones de esa fábrica
fue nuevamente trasladado a New York durante el resto de la Segunda Guerra Mundial.
En 1945 fue nuevamente trasladado a W. R. Grace & Co., Lima, como Gerente del Departamento encargado de las
operaciones técnicas de todas las industrias del Perú.
En 1952 regresó a New York como asistente al Vicepresidente del Departamento Industrial W. R. Grace, New York.
En 1954 fue elegido Vicepresidente a cargo del Departamento de Ingeniería, cargo que actualmente desempeña.
A continuación un editorial acerca de Seguridad en la Industria, elaborado por el Ing. W. H. Clayton para
The Grace Sentinel, donde se ve su experiencia en el tema:
Toda persona vinculada a la industria esta innatamente interesada en la seguridad personal. Muy a menudo el
grado de prioridad concedido a esta fase de la industria no es tan importante como merece. El objeto principal
de los programas de seguridad personal es doble: humanitario y económico. El funcionamiento correcto de una fábrica,
o proceso, depende del correcto diseño de los equipos utilizados, y de los millares de detalles pequeños pero
significativos de operación que deben ser enfrentados diariamente. Para obtener el rendimiento máximo de una unidad
industrial dada se requiere también conocimiento detallado y completo de las motivos y propósitos de todas las
personas comprometidas en su operación. Esto a su vez requiere la disponibilidad de las ideas y sugerencias de
cada una de esas personas en todo lo concerniente a las diferentes fases del proceso de dicha unidad. Esta contribución
se alcanza cuando cada una y todas esas personas se sienten como elementos vivos del proceso y no simplemente como un
diente más de uno de los engranajes.
Al planear la mejor manera, o los mejores métodos, de obtener la máxima producción de la industria al menor costo
posible, uno de los factores primordiales a considerar es la disponibilidad del personal diestro y preparado
durante el mayor tiempo posible. Esto se consigue cuidando la salud del personal y proveyendo la perdida de
horas útiles de trabajo para la industria debido a enfermedad o accidentes de trabajo.
Inculcando en la mente del personal el principio de que la industria requiere la ayuda de ellos en el resguardo
de su propia salud, no solamente en bien de ellos, y de la industria, sino también por el bien de sus colegas de
trabajo, habremos alcanzado el primer escalón del éxito de cualquier programa de seguridad.
Como historia adicional dentro de su carrera profesional, en los archivos del Club Unión Cartavio se encontró las bases
para el campeonato de fútbol local de 1932 en la Hacienda Cartavio, el mismo que fue firmado y aprobado por el Ing. William
Harold Clayton. El primer y segundo párrafo a la letra dicen:
Reunión del 8 de noviembre de 1932.
Reunidos los Presidentes de los clubs Unión Cartavio, Octavio Espinosa, Unión Buenos Aires y Elías Aguirre, en el local
de la Primera Institución, en la fecha arriba indicada, a las 8:40 pm, se acordó hacer las bases de los campeonatos de
fútbol locales, para primeros y segundos equipos, acogiendo así la iniciativa de la Administración de la Cía. Agrícola
Carabayllo.
Eran las épocas en que los profesionales técnicos asumían responsabilidades administrativas en la Hacienda Cartavio, la cual
dio muy buenos resultados a la Casa Grace.
Vaya nuestro saludo a este pionero de la industria azucarera y papelera a base del bagazo de caña de azúcar, en homenaje
a su memoria, como fue el Ing. William Harold Clayton siendo su visión innovadora hoy inspiración para las nuevas generaciones
en Cartavio y nuestro país.
Fuentes de información
The Grace Sentinel, Volume 2, 1958. Gracias a la cortesía del profesor Lawrence Clayton.
Archivos Club Unión Cartavio.